Daniel Ureña, de MAS Consulting, publica hoy en ABC un análisis del debate de anoche entre los candidatos a la alcaldía de Madrid.

Un gran espectáculo

Los debates políticos en España suelen ser tediosos y aburridos. Pero anoche vimos un gran espectáculo. Vimos a dos candidatos (y a un tercero que fue ignorado durante casi toda la noche) que pusieron en práctica muchos de los recursos idóneos para este formato: gráficos, anécdotas, apelaciones a los telespectadores, alusiones a recortes de prensa y golpes bajos envueltos en sarcasmo. Hubo un exceso de cifras por parte de todos los contendientes, pero fueron más de 60 minutos de intensa batalla dialéctica. Miguel Sebastián se había preparado con esmero esta cita. Se jugaba mucho. Se aprendió su discurso y preparó distintas anécdotas para cada uno de los bloques temáticos. Sorprendió al enseñar los recibos de un vecino que intentó entregar a Gallardón pero que acabaron en manos del moderador. Hizo mucho de lo que los manuales de comunicación política recomiendan, pero se le vio muy verde. No atinaba con su cámara y todos y cada uno de sus comentarios fueron respondidos contundentemente por Gallardón.  Y es que el candidato socialista no lo tenía nada fácil. Se enfrentaba a un político que demostró su experiencia y que sabe cómo aprovechar los debates. Desde las risas mientras Sebastián intervenía, las continuas apelaciones a su “desaparición” durante dos días, su paso por Moncloa o el BBVA, hasta las preguntas dirigidas a su oponente al término de sus intervenciones, mostraron a un Gallardón difícil de batir que salió fortalecido del debate.