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El próximo domingo, más de 61 millones de alemanes están llamados a las urnas para elegir a los futuros diputados que conformarán el Bundestag o Cámara Baja. Entre las 8:00 y las 18:00 horas, deberán acudir a colegios, locales municipales y edificios que acogerán los centros electorales.

Comparado con el del 22 de septiembre de 2013, el censo electoral de este año cuenta con 400.000 electores menos, aunque hay tres millones de jóvenes alemanes que tendrán derecho a voto por primera vez en sus vidas.

Ellos, al igual que el resto, deberán emitir dos votos: uno para elegir de forma directa, por mayoría simple, a 299 diputados, la mitad de la Cámara; el segundo voto es para elegir las listas de los partidos, unas listas cerradas que, mediante un sistema de ponderación según los escrutinios en cada estado federado, completará la elección de escaños del Bundestag.

Es decir, los alemanes pueden votar a un candidato de un partido y elegir la lista de otro, cabiendo la posibilidad de que resulten electos en ambos casos. Esto añade una peculiaridad al sistema electoral germano: el tamaño de la Cámara. Como mínimo, tendrá 598 diputados, pero si un partido recibe en la votación de sus listas menos escaños de los logrados por la elección directa en cada uno de los 299 distritos electorales, se le compensará con diputaciones adicionales.

Para entenderlo merece la pena echar un vistazo a la actual configuración del Bundestag. Cuenta con 630 diputados: 309 de la CDU/CSU, 193 del SPD, 64 de La Izquierda, 63 de Los Verdes y un independiente. El caso de la CDU/CSU explica bien el sistema de diputaciones adicionales. En 2013 la coalición obtuvo 234 diputados por elección directa, mientras que en las listas de los Lands lograron 75. Las diputaciones adicionales concedidas les permitieron sumar los 309 diputados de esta legislatura.

De cara a los comicios del 24 de septiembre, las proyecciones apuntan a que podría configurarse una Cámara de 700 diputados. Este año concurren a los comicios 42 partidos. El sistema alemán establece que para lograr representación parlamentaria deben de obtener al menos el 5% de votos totales. Sin embargo, cabe una excepción: que un partido no logre ese 5% del escrutinio pero sí se alce con la victoria en al menos tres de los 299 distritos electorales; en tal caso, entraría en el Parlamento.

Los sondeos vaticinan una clara victoria de la CDU/CSU de Angela Merkel, aunque no suficiente como para formar Gobierno. Todo apunta a que se reeditará la gran coalición CDU/CSU-SPD de esta última legislatura. La novedad en estos comicios se encuentra en el tercer partido favorito según las encuestas: la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD, por sus siglas en alemán).

Si se reeditara la gran coalición y se confirmaran los sondeos, AfD no sólo sería el primer partido de ultraderecha con representación parlamentaria en Alemania desde la Segunda Guerra Mundial, sino que se convertiría en el primer partido de la oposición en el Bundestag por delante de Die Linke (La Izquierda), FDP (Liberales) y Grüne (Los Verdes).