Act. React. Impact. Es el eslogan en inglés que la Unión Europea ha elegido para movilizar en los 28 países a los más de 400 millones de europeos que están llamados a votar en las próximas elecciones europeas para las que apenas quedan tres meses. El grito a la participación llega en un momento crítico para el proyecto común. Por primera vez la unión monetaria ha dejado de verse como algo irreversible y la crisis económica ha puesto a prueba los valores de solidaridad y progreso en los que se asienta la Unión Europea.

Entre el 22 y el 25 de mayo de 2014 llega el turno de que los ciudadanos juzguen. Europa se la juega en estas elecciones que, como dice otro de los lemas de la campaña, “esta vez es diferente”. Pero ¿en qué se diferencian de las anteriores? Estas son algunas de las novedades:

1.     Europa en el centro del debate

La crisis económica ha convertido aún más la política europea en local. El 80% de las decisiones que se toman en Bruselas tienen un impacto evidente en la vida diaria de los europeos y esto, sin duda, ha acercado en época de crisis las instituciones comunitarias al día a día de los ciudadanos, que en los últimos tiempos han oído y comprobado más que nunca cómo las decisiones europeas repercutían en su día a día. El gran reto de cara a las elecciones de mayo es que el debate sea en clave europea y no en clave nacional, como ha ocurrido hasta ahora. Situar a Europa en el centro del debate es el gran desafío que plantean estas elecciones.

Por otra parte, son los primeros comicios que se celebran desde la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, que busca dar una mayor legitimidad a las instituciones europeas. El nuevo texto no establece directamente que el próximo presidente de la Comisión Europea será el candidato que haya elegido la fuerza más votada pero sí recoge que el resultado de las elecciones al Parlamento Europeo deberá ser tenido en cuenta por el Consejo Europeo a la hora de proponer a su candidato.

2.     Líderes, no sólo partidos

Por primera vez se pondrá cara a los candidatos. Ya no se votará solo a un partido, sino a un líder. Hasta el momento, representantes. Martin Schulz, actual presidente del Parlamento Europeo, representará a los socialistas; mientras Guy Verhofstadt será el candidato de liberales y demócratas (ALDE). Alexis Tsipras, símbolo de la resistencia griega contra la troika, será el candidato de la Izquierda Unitaria; y el francés José Bové y la alemana Ska Keller, por su parte, serán los dos candidatos de los Verdes europeos a la presidencia de la Comisión.

Entre los que aún tienen pendiente elegir a su candidato se encuentran el Partido Popular Europeo, que designará en el Congreso de Dublín del 7 y 8 de marzo a su representante, y el Partido Demócrata Europeo, cuya designación del candidato tendrá lugar este mes de febrero, cuando el partido celebrará su próximo congreso.

3.     Vencer el euroescepticismo

Aunque Bruselas confía en que la elección de rostros reconocibles de la política europea reduzca la abstención y fomente que la campaña gire en torno a temas europeos, persiste el temor de que las elecciones europeas se interpreten como unas elecciones “primarias” en clave nacional.

Además, estos comicios tienen interés porque se trata de los primeros tras la crisis de euro y servirán de termómetro para medir el nivel de euroescepticismo entre los ciudadanos. El resultado electoral evaluará a su vez la renovación de altos cargos que concluyen su mandato, como el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, o la Alta Representante de Política Exterior, Catherine Ashton.

4.     Elecciones 3.0

Según los últimos  eurobarómetros, las instituciones europeas son mejor valoradas que las nacionales por la mayoría de los ciudadanos. El Parlamento Europeo es la institución más transparente, pero está desconectada del ciudadano de a pie. Las redes sociales tendrán un importante papel en estas elecciones, en las que los ciudadanos tendrán a su alcance Internet  para interactuar con los eurodiputados.

La Eurocámara facilita las plataformas para el debate con Facebook como su buque insignia con más de un millón de seguidores y en Twitter con cuentas en todos los idiomas y la puesta a punto de los perfiles de los eurodiputados.