Artículo de Daniel Ureña para ABC sobre el segundo debate de candidatos del Reino Unido

El debate de la semana pasada reventó la campaña electoral y Nick Clegg fue el gran vencedor del post-debate, aquel que tiene lugar en los periódicos, las tertulias y en la Red. Por ello, anoche en el segundo asalto, tanto Gordon Brown como David Cameron eran conscientes de que se jugaban mucho y acudieron con los deberes hechos, lo que produjo que asistiéramos a un debate más intenso, en el que los ataques entre los tres líderes fueron continuos. Además, los temas introducidos por el público, desde el próximo viaje del Papa Benedicto XVI, el control de la inmigración hasta las posibles alianzas después de las elecciones animaron la confrontación.

Brown, Cameron y Clegg
Brown, Cameron y Clegg

Nick Clegg volvió a escenificar eficazmente su oferta de cambio y esperanza, e incluso en su intervención final terminó con unas palabras calcadas del libro de estilo de Barack Obama. Gordon Brown, por su parte, se esmeró en atacar por igual a sus dos contrincantes y siempre tenía preparado un golpe para cada uno de ellos, aunque también tuvo tiempo para el humor, como cuando caricaturizó a sus jóvenes adversarios comparándoles con sus hijos peleándose, tratando de mostrar su veteranía frente a la inexperiencia. El candidato conservador, Cameron, estuvo más acertado que el jueves pasado. Convincente y mordaz, se defendió de los ataques y, fiel a su estilo, mostró una imagen del Partido Conservador más abierta y moderna, su gran estrategia durante esta campaña y que veremos si surte efecto.