Recogemos el guante de un artículo aparecido en El Mundo el pasado miércoles: Cómo elegimos lo que escuchamos. El artículo es un resumen las conclusiones de un estudio, que revisa a su vez 91 estudios anteriores sobre la atención selectiva. La manera en la que, inconscientemente, a menudo somos incapaces de atender a los argumentos que no encajan en nuestros esquemas.

La mayor parte de las veces, los individuos tienden a evitar la información que contradice lo que ya piensan

Según esta revisión

La población prefiere validar sus opiniones antes que buscar la verdad.

Esta tendencia a la percepción o atención selectiva es particularmente notoria en campos sensibles como la religión o la política, donde las opiniones y las creencias a menudo sostienen o justifican una forma de actuar.

La pregunta que nos hacemos es: ¿cómo debe afrontar un político esta sordera voluntaria? La respuesta puede determinar desde el discurso hasta el itinerario de una campaña electoral. ¿Cuántas energías debe dedicar el PSOE a Madrid o a Valencia? ¿Y el PP a Andalucía?

Desde MAS Consulting España siempre recordamos a los equipos de campaña datos como los que refleja el estudio. Actualmente, empiezan a darse las condiciones para romper esa barrera. La crisis aviva el debate público, ya que están en juego cuestiones, como el empleo, que afectan muy directamente a los votantes.

Estos son los momentos en que las formaciones políticas pueden afinar más sus mensajes hacia aquellos votantes que previamente no eran proclives a apoyarles. El “sordo” afina un poco más el oído porque considera importante para él lo que se haga desde la esfera pública con respecto al empleo.

Por otro lado, el estudio reafirma porqué los políticos están en la obligación de conocer los puntos de vista de aquellos votantes que no les apoyan o están indecisos, ya que podrán modular su mensaje de forma más efectiva ante ellos. Si el votante percibe que ese político conoce su modo de pensar, le “abrirá” los oídos a nuevas propuestas porque se ha producido cierto grado de empatía entre ese político y ese votante aunque, a priori, no sea de los “suyos”.

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