Esta semana la revista «La Clave» publica un reportaje de Isabel García Caballero dedicado a la figura de los asesores políticos. Aquí va un extracto del reportaje:

La tribu que embruja al poder

Un asesor puede ser una persona que juega contigo al baloncesto —pongamos por caso a Zapatero y sus amigos de cancha en La Moncloa— o que te invita a un buen puro de los que a Rajoy le priva degustar. Dice Daniel Ureña, socio-director de MAS Consulting, que en España los partidos políticos son muy reacios a incluir en sus equipos a gente ajena: “Por lo general, los asesores están integrados o son personas muy cercanas”, subraya en declaraciones a La Clave. No le falta razón. PSOE y PP se enfrentan a una lucha sin tregua ante las elecciones generales de 2008 y sus ungidos candidatos no están por la labor de hacer experimentos a estas alturas. José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se acercan a la línea de meta con prácticamente los mismos equipos con los que libraron su primera batalla electoral, en marzo de 2004: personas de su entera confianza y, en general, ‘gente del partido’ para diseñar la estrategia de campaña y elaborar el programa electoral…

Si esta es la máxima, sobre todo cuando se trata del jefe de la oposición, que vive la travesía del desierto desde los búnkeres de la fuerza política que le representa, también se aplica al que, siendo presidente del Gobierno, le toca la hora de ponerse en manos de su partido en calidad de candidato. No hay más que escuchar la respuesta que se da en el entorno ‘monclovita’ a la hora de saber quiénes son los que le asesoran en esta larguísima precampaña: “Preguntadle a Pepe”, dicen con una sonrisa en alusión a José Blanco, secretario de Organización del PSOE. No es momento, por tanto, de airear amistades ni de mentar a los “brujos visitadores de La Moncloa”, como llamó recientemente y con mucha intención Juan Luis Cebrián a los amigos del presidente, los impulsores de “una nueva empresa informativa”, afirmó sin citar a Mediapro.

Es lo que tiene el poder, campo de abono para toda una ‘tribu’ de ‘gurús’ que ya pusieron de moda Felipe González y José María Aznar rodeándose de una corte de adláteres que hicieron fortuna y gloria y que no necesariamente eran electos o gozaban de cargo orgánico de partido...