Sabían que tenían una buena idea. Sabían que habían hecho un buen producto. Lo que no imaginaban es que acababan de lanzar a la red un vídeo que, menos de 12 horas después, iba a alcanzar la categoría de «viral» e iba a hacer que se hablara de ellos en las antípodas.

La Policía de Nueva Zelanda lanzó el lunes 27 de noviembre un vídeo dirigido a incentivar el reclutamiento entre los neozelandeses. Un vídeo con una factura propia de una superproducción de Hollywood y con la participación de más de 70 agentes, animales incluidos.

En las imágenes puede verse a distintos policías en escenas de acción -incluso buzos- que no dudan en jugarse el pellejo por ‘atrapar al malo’. Por el camino, los distintos agentes explican que su deber es velar por el bienestar de los ciudadanos, pero que no pueden hacerlo solos. Lanzan varios mensajes apelando a la colaboración ciudadana pero, sobre todo, a aquellos que quieran unirse al cuerpo de Policía de Nueva Zelanda.

El vídeo está cargado de unas dosis de humor que llega a su cenit cuando aparece en escena William Waiirua, una estrella de las redes sociales en Nueva Zelanda que protagoniza un momento surrealista en plena persecución.

El éxito del corto fue tal que la propia Policía de Nueva Zelanda emitió una nota de prensa el mismo lunes, horas después de hacerlo público. Según explicaron, en apenas 12 horas el vídeo ya tenía más de un millón de visualizaciones y había alcanzado a 2,9 millones de personas, y esto sólo en Facebook. Tres días después, el número de visualizaciones superaba de lejos los 5 millones.

La Policía de Nueva Zelanda explicaba en su comunicado que eran conscientes de que el vídeo iba a tener impacto pero no podían imaginar que tanto. Poco después de lanzarlo, a las 9.00 horas del mismo lunes 27, el tráfico en la página web para el reclutamiento de policías se había multiplicado en un 800% y ya habían recibido el perfil de 333 candidatos a convertirse en agentes.

Lo cierto es que la Policía de Nueva Zelanda no es nueva en esto de los vídeos originales. Aunque hasta ahora no había alcanzado un éxito tan impactante, en los últimos tiempos ha experimentado con formatos arriesgados como una supuesta cámara oculta en un ascensor que graba a varios policías que inician una jam session percusionista en pleno elevador.

Unos meses antes, otros agentes protagonizaron un divertido vídeo en el que un par de policías se bajan de un coche patrulla dando lugar a una performance que termina con cerca de una decena de policías bailando al ritmo de My Boo, de Ghost Town DJs. El cuerpo de Policía de Nueva Zelanda aseguró entonces que muchos de sus agentes se dedican a bailar con amigos y familiares en su tiempo libre, al tiempo que también se dedican a atrapar corriendo a muchos malos a diario, en una suerte de juego de palabras para justificar el #runningmanchallenge que protagonizan en este vídeo.

El #runningmanchallenge es una suerte de spin off del #manequinchallenge en el que, al contrario que en éste en el que los protagonistas permanecen congelados durante todo el vídeo, se mezcla la coreografía de un tema con la música de otro, originalmente el My Boo que bailan los agentes neozelandeses.

Este fenómeno se ha expandido por los cuerpos de policía del todo el mundo, y ha llegado hasta la Policía Municipal de Madrid que, con un estilo propio, también ha protagonizado su propio #runningmanchallenge.