Resumen de la sesión del Aula de Liderazgo Público sobre el perfil del buen lobista from MAS Consulting on Vimeo.

El pasado 2 de febrero tuvo lugar en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE una nueva sesión del Aula de Liderazgo Público bajo el título El perfil del buen lobista. ¿Qué se espera hoy del profesional de los asuntos públicos?

La cita sirvió para presentar la séptima edición del Postgrado en Dirección de Asuntos Públicos, programa pionero en formación de lobistas en España organizado por MAS Consulting y la Universidad Pontificia Comillas, que comenzará a impartirse el 10 de febrero.

La mesa redonda contó con la participación de Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, Director General de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG); María del Pozo, responsable de Relaciones Institucionales y Política Exterior de Amnistía Internacional EspañaGuillermo Mariscal, Portavoz de Energía del Grupo Parlamentario Popular en el Congreso de los Diputados y Diputado del Partido Popular por Las Palmas (Canarias); y Diego Crescente, Socio de MAS Consulting Group. Presentó y moderó el acto Daniel Ureña, Coordinador del Aula de Liderazgo Público.

Todos los ponentes coincidieron en destacar tres rasgos fundamentales del buen lobista: rigor, conocimiento y ética. En concreto, Ángel Luis Rodríguez de la Cuerda, que fue alumno de la primera edición del PDAP y después se incorporó al programa como profesor, destacó la capacidad comunicativa, el buen conocimiento técnico y los valores como los pilares básicos de una labor de lobby eficiente.

María del Pozo recordó los tiempos en que ella empezó a trabajar en la defensa de intereses y cómo se ha profesionalizado la labor de lobby en el tercer sector. La responsable de Relaciones Institucionales de Amnistía Internacional tomó como ejemplo su caso para enfatizar la necesidad de mantener una perfecta equidistancia e independencia política en su labor profesional. Afirmación respaldada por todos los presentes en la mesa redonda como otro de los principios fundamentales de todo buen lobista.

En este sentido, Guillermo Mariscal se encargó de reflejar, desde su experiencia como interlocutor con lobistas, lo que diferencia una buena defensa de intereses de una mala labor profesional. “Tejer alianzas es fundamental para desarrollar una estrategia de lobby eficaz”, apuntó, destacando la empatía como uno de los rasgos básicos del buen lobista, cuya labor no puede ser exclusivamente la de “apagar fuegos”.

El diputado canario puso especial énfasis en la necesidad de conocer el proceso legislativo y en el rigor como base metodológica. De lo contrario, explicó, no considerará al lobista un interlocutor válido y su misión en la defensa de intereses habrá fracasado de antemano.

Por su parte, Diego Crescente puso de relieve la importancia de que el lobista parta siempre de una visión a largo plazo, incidiendo en que la labor de defensa de intereses necesita de constancia, un excelente conocimiento técnico, una buena capacidad de comunicación y, por encima de todo, unos valores muy claros. «No hablemos de lobby bueno o malo. El lobista representa a su cliente, como un abogado, y no lo etiquetamos de bueno o no”, dijo Crescente.

La mesa se cerró con un turno de preguntas en el que destacó el interés por conocer cómo influía el actual panorama político –sin una mayoría parlamentaria y con nuevos diputados y formaciones- en la labor del lobista. Crescente fue contundente: “Un 62% de los diputados son nuevos, eso para un lobista es una oportunidad para introducir nuevas variables”.

Como recalcó María del Pozo, la falta de una mayoría parlamentaria siempre es una buena noticia para el lobista, pero la renovación generacional que ha vivido el Parlamento en esta legislatura también implica tener que volver a lidiar con los prejuicios y la necesidad de darse a conocer desde cero con muchos parlamentarios.

En este sentido, Rodríguez de la Cuerda resumió el que, por su experiencia, debe ser el mantra de todo lobista: “Saber quién eres, objetivos claros y conocer con quién vas a hablar”.