1. Estabilidad o no. Con una mayoría exigua del Partido Popular, comienza una legislatura que podría ser más larga y estable de lo que se ha vaticinado por los analistas dado que las mayorías de oposición al partido gobernante no parecen fáciles de construir entre los diferentes grupos parlamentarios.

2. Parlamentarismo. Asistiremos a un nuevo protagonismo del parlamento, en donde se tendrá que pactar cada reforma, cada ley y cada enmienda para que salga adelante. Se vivirá una dura pugna por ser el grupo político que marque la agenda y haga las propuestas.

3. Renovación o más de lo mismo. El Presidente Rajoy deberá corregir su Consejo de Ministros y librarse de los miembros de su equipo que peor imagen ha aportado al gobierno, relevar a los más amortizados y exhibir a un nuevo equipo sin lastres políticos. Los máximos responsables económicos tendrán un gran protagonismo para gestionar los exámenes que nos hará pasar Europa y los desafíos de un periodo de clara recuperación en los indicadores.

4. El líder de la oposición. La lucha por el liderazgo de la oposición ya ha empezado en el debate de investidura. Mariano Rajoy ha señalado claramente a Pablo Iglesias como su antagonista más útil en un debate polarizado que es el que más conviene al Partido Popular. La ausencia de un líder en el PSOE y su particular crisis interna dificulta que ocupe ese lugar, al menos en este inicio de legislatura.

5. La carrera de la izquierda. Este es otro de los escenarios de esta legislatura, en la que Podemos tratará de hacer el sorpasso al PSOE que no consiguió en las urnas. La formación morada ha aprovechado la abstención del PSOE, facilitadora de un gobierno popular, para adjudicarse el pedigrí de la izquierda ideológica.

6. Juego de tronos. El PSOE debe resolver en los próximos meses su crisis de liderazgo. Ante sí, un ex Secretario General, Pedro Sánchez, recorriendo las agrupaciones para reconquistar el partido y la incógnita de quién o quiénes se presentarán a la campaña por el liderazgo aún desierto. Apenas nombres de candidatos entre las jóvenes generaciones y más postulantes del pasado más o menos glorioso del socialismo. En Podemos también se vivirán tiempos revueltos con dos posiciones claramente enfrentadas para gestionar el partido: los de Errejón y los de Iglesias.

7. Los huérfanos de la izquierda. Crece en el centro izquierda del electorado un espacio “tierra de nadie”, sin partido al que votar, ex votantes socialistas, que no se identifican con el mensaje radical y el tono de vieja izquierda que presenta Podemos. En algún momento Ciudadanos pudo ser una opción pero, en este momento, no lo es. Ese grupo de votantes, clases medias urbanas, con formación e influencia, quedan huérfanos de voto.

8. La incógnita Ciudadanos. El partido de Albert Rivera tiene tantas opciones de crecer como de estancarse o perder apoyos. Ciudadanos necesita tiempo para demostrar su capacidad legislativa y crecer marcando distancias con el Partido Popular. Si acierta con la estrategia que le dé una definición programática más clara y la confianza sobre el equipo que respalda a Rivera, podrá crecer.

9. Más unidad y más Cataluña. Por primera vez en la democracia española, los partidos nacionalistas no pesarán de forma determinante en la legislatura. Se da la contradicción de que la demanda identitaria territorial, federal o no, no está sobre la mesa de debate, al mismo tiempo que el futuro de Catalunya se perfila como uno de los temas más “calientes” para este gobierno.

10. Escenario digital y protagonismo ciudadano. El nuevo gobierno se encuentra una ciudadanía más movilizada y activa, protagonista de una “conversación” social de profunda politización. Los medios de comunicación pierden peso como intermediarios principales a favor de los medios sociales, mientras la TV gana peso en el debate político aunque, en casos, con formatos que simplifican, personalizan y banalizan el mensaje político.