El pasado domingo 30 de marzo, 44,8 millones de franceses elegían en segunda vuelta a alcaldes en 36.700 municipios y 519.947 concejales en todo el país. Una elección que se definió por un récord de abstención (37,86%), con gran voto de castigo para el presidente Hollande, la victoria de la socialista Anne Hidalgo en la alcaldía de París y los mejores resultados de las últimas cuatro décadas del Frente Nacional, el partido de ultraderecha de Marine Le Pen.

Según los datos provisionales, el Partido Socialista consiguió el 40,57% del total de los votos en Francia, perdiendo ciudades clave del partido como Angers, Toulouse o Tours. Ante estos resultados el presidente Hollande se dirigió ayer lunes a la nación para comunicar cambios en su gobierno, tras la dimisión de éste en pleno, el más destacado de ellos el nombramiento como primer ministro de Manuel Valls, ex ministro de Interior. El Presidente, que tiene actualmente los peores datos de imagen de su mandato con apenas un 17% de imagen positiva entre la población, afirmó haber entendido el mensaje de los ciudadanos en las urnas y anunció más reformas para mejorar la situación de Francia.

A pesar del voto de castigo en casi todo el país, la capital se mantendrá en manos socialistas con Anne Hidalgo, la española que se ha convertido en la primera mujer alcaldesa de París de la historia. Hidalgo consiguió el 53,3% de los votos en los 20 distritos de la ciudad, frente a su principal contrincante, Nathalie Kosciusko-Moziret, ex portavoz del presidente Sarkozy, que obtuvo el 44,06% de los votos.

La otra gran triunfadora de la noche del domingo fue Marine Le Pen, líder del Frente Nacional que logró lo que los analistas de medios de comunicación franceses y extranjeros han denominado “normalización” del partido, convirtiéndolo en una fuerza más. El Frente, a la espera de confirmar los resultados, habría conseguido 11 alcaldías y más de 1.200 concejales en todo el país, consiguiendo alrededor del 9% de los votos totales.