Virginia Ródenas entrevista a César Martínez, Presidente de MAS Consulting Group, acerca del voto inmigrante en la contraportada del ABC.

Nieto de un exiliado español

El presidente de MAS Consulting Group (www.masconsulting.es) es nieto de Jerónimo Gomáriz, secretario de la Comisión de Actas que presidió Indalecio Prieto en marzo de 1936 y sustituto de Azorín en las listas de Izquierda Republicana y Socialista. «Promovió una ley de divorcio y acabó como cónsul en Orán, de donde partió en 1939 rumbo a América». Martínez (México, 1963), entre los más prestigiosos consultores políticos americanos, confiesa tener como objetivo para 2011 la conquista de la aldea global y apoyar en Estados Unidos que «aquellos electores latinos a los que llevo animando a votar diez años sean hoy los nuevos cargos electos».

César Martínez
César Martínez

– Logró el mayor voto hispano de la historia para un candidato republicano a la Casa Blanca, lo que dio a Bush en 2000 su estrecha victoria, en Florida. Hoy el PSOE usa su misma estrategia de mensajes con ritmos latinos para conquistar el voto inmigrante en España.

-¡Me encanta que mis ideas traspasen fronteras! Pero además de la música, la cuestión es hablar a ese electorado a través de valores, viendo al inmigrante como una historia de esfuerzo, de éxito y de contribución al crecimiento del país, y al hacerlo da igual que seas de izquierdas o derechas: cuando Bush conquistó el voto de los latinos supo hablarles al corazón, lo mismo que hizo Obama en 2008.

-Los demócratas pasaron de tratarlos de necesitados a héroes, que había sido táctica republicana.

-Pero es que el inmigrante, por lo general, es muy trabajador, porque cuando lo deja todo para ir a otro país es porque le va a echar muchas ganas y no va a que lo mantenga un Gobierno, y merece que se le tenga en cuenta. Es admirable que España, tras 5 años de residencia, cuente con su voto para las municipales. Es una forma de implicarle en el futuro. Ahora lo fundamental es que se inscriba para ejercer ese gran derecho, ya que el plazo acaba el 15.

-Más de 2 millones de inmigrantes están convocados a esas elecciones de mayo. ¿Serán decisivos?

-Yo llamo al voto inmigrante «la pequeña gran suma». Con que sólo se inscriba la mitad del posible electorado, cuando la batalla está muy reñida, puede determinarla. En Florida ocurrió. Y hoy en EE.UU. ningún partido vence sin el 40% del apoyo latino.

-¿Cómo se conquista esa confianza?

-No utilizando al inmigrante en mensajes negativos porque el político que se agarre a esa bandera aprovechando la coyuntura económica no sólo perderá estas elecciones, sino a una generación entera de votantes. Hay que hablarles como la fuerza que ayuda a crecer al país y apelar también a su responsabilidad. España fue un país de emigrantes y ahora los recibe. Mi propia familia salió de España en la guerra civil, emigró a México y luego yo, de México a EE.UU. Ahora mis hijos quieren volver a España. Lo importante es los partidos no asuman que por el hecho de ser inmigrante se vota de una u otra forma.

-¿Usted tiene la nacionalidad española?

-Por mi madre y la Ley de Memoria Histórica.

-¿Una ley como esa puede hacer ganar votos?

-Hablar de futuro siempre es mejor que hablar de pasado. Sucedió con Jeb Bush en Florida. Nos pidieron ayuda para ganar el voto cubano de segunda generación que ya no siempre votaba republicano como sus padres al no pesar sobre él la memoria histórica de un Kennedy que no les ayudó en Bahía de Cochinos y que siempre pasaba factura. Tampoco los hijos de emigrantes españoles votan hoy en función del franquismo. La gente busca progresar, no mirar atrás.

-Entonces, «es la economía, estúpido».

-Qué le pasó ahora al presidente Obama, pues que se dedicó a hablar de la reforma sanitaria, reforma sanitaria… y gastó un año en eso, y le pasaron factura. Si en España hay un 20% de paro, a eso hay que ir, porque un ciudadano lo primero que quiere es trabajo. Y hay que empezar a hablarlo ya, no vale dirigirse a los inmigrantes en el último minuto. Para vencer en EE.UU. empezamos a trabajar un año antes.

-Metidos en magisterio, ¿con qué mensaje tocó el corazón del inmigrante?

-Lo dio en 2000 George P. Bush, sobrino de George W. Bush, hijo de norteamericano y mexicana, pidiendo el voto para su tío: «Soy un joven latino orgulloso de mis raíces y de mi país, creo en las oportunidades, en el trato justo para todos y en el sueño americano». Hablaba de un proyecto común. Recuerdo el caso del soldado español de origen colombiano que murió en febrero en Afganistán. Me dije, «es el nuevo español, un muchacho que da su vida por su nueva patria». Me emocionó cuando el Príncipe de Asturias le rindió honores. Y pensé, ahí está lo que hay que entender, que el emigrante es parte del futuro de España.