Daniel Ureña, Socio-Director de MAS Consulting España, firma un artículo en torno al lobbying en el número de diciembre de «En genérico«,  la revista menusal de la Asociación Española de Medicamentos Genéricos (AESEG), patrocinador del Postgrado de Dirección de Asuntos Públicos (PDAP).

El lobbying sigue siendo una actividad sospechosa. En el imaginario colectivo aún evoca pasillos y salas oscuras, gente que se mueve entre las sombras, conspiraciones y tráfico de influencias. Sin embargo, el lobbying, el mundo de los asuntos públicos, poco o nada tiene que ver con esa imagen. Al contrario, es una actividad necesaria que, realizada de forma transparente, es no sólo legítima sino deseable en el engranaje democrático de una sociedad.

Portada de la revista "En genérico"
Portada de la revista "En genérico"

Es preciso desterrar viejos mitos, como la idea de que el lobbying está sólo ligado a empresas de sectores con mala reputación que buscan imponer unos objetivos particulares en contra de los intereses de la sociedad. Nada más lejos de la realidad. El lobbying busca dar a conocer y defender los intereses de una organización o un colectivo determinado ante las instituciones públicas. Pero además, la diversificación de las fuentes de información y el enorme impacto de Internet están transformando los métodos y objetivos del lobbying. Ya no basta con hacer llegar los mensajes a los centros de decisión, sino que es igual o más importante conseguir el favor de la opinión pública.

Por tanto, el lobbying forma parte de la estrategia de una amplia variedad de empresas y colectivos. Ya se trate de una compañía industrial de la que dependen miles de puestos de trabajo, de una empresa líder en energías renovables o de una ONG dedicada a la cooperación internacional. Es lógico y legítimo que cualquier organización trate de informar y convencer a los responsables políticos que tienen la capacidad de legislar y, por tanto, decidir el futuro de un determinado sector. Pero para que este proceso sea percibido con normalidad por los ciudadanos es necesario apostar por la transparencia y la profesionalización.

Ese es el camino por el que estamos avanzando. La primera década del siglo XXI ha sido muy positiva en la normalización del lobbying. En 2005, la Comisión Europea lanzó la Iniciativa Europea a favor de la Transparencia bajo la convicción de que “la Unión debe someterse al control público y rendir cuentas de sus actividades”. Un año más tarde se presentó el Libro Verde de la Iniciativa Europea en favor de la Transparencia, entre cuyas recomendaciones se instaba a “establecer un marco más estructurado para las actividades de los grupos de interés”. Para ello se crea en 2008 el Registro de Grupos de Interés, de inscripción voluntaria, que a día de hoy reúne a más 3.000 organizaciones, entre ellas consultoras, sindicatos, asociaciones profesionales, ONGs, etc., que con su adhesión se han comprometido a respetar un Código de Conducta elaborado por la propia Comisión Europea.

En esta misma línea, varios países han aprobado marcos normativos específicos en los últimos años para la actividad de los grupos de interés, como es el caso de Israel, Perú, Taiwan, Polonia o Francia. En otros estados, como ocurre en España y varios países del arco mediterráneo, se espera que la regulación se haga efectiva en el corto plazo. Los profesionales del lobbying y los asuntos públicos en España trabajamos para que dichos marcos normativos se desarrollen lo más rápidamente con el objetivo de lograr la necesaria transparencia que precisa el sector.

El otro aspecto básico para transformar la percepción sobre el lobbying es la profesionalización de un sector que emplea aproximadamente a 12.000 profesionales en Europa. En los países anglosajones, donde esta disciplina cuenta con una arraigada tradición, es habitual que escuelas de negocios y universidades cuenten con asignaturas y programas dedicados exclusivamente a las relaciones con las instituciones públicas, algo que aún es poco frecuente en España. Para llenar ese vacío, la Universidad Pontificia Comillas, junto a MAS Consulting España, acaba de presentar el Postgrado en Dirección de Asuntos Públicos (PDAP), el primer programa en nuestro país dedicado al lobbying, que esperamos sea el primer paso hacia la normalización de esta disciplina.