Una de las fórmulas más populares de la comunicación política es la del 40-40-20.

El 40% de la población no tiene ningún interés en la política, ni piensa acudir a las urnas y otro 40% tiene decidido su voto sin necesidad de escuchar lo que un partido u otro tengan que añadir durante una campaña electoral. Por lo tanto, a efectos de comunicación electoral, el objetivo de la campaña está en ese otro 20% que sí participa en la política, pero que no tiene tomada una decisión todavía.

Según Luis Arroyo, una de las posibles claves de las próximas elecciones residirá en saber movilizar a ‘los sofisticados’: una porción de ese 20%, compuesta por una nueva generación de votantes.

Son jóvenes y exigentes. Están descontentos con la política, pero todavía guardan la esperanza de ver un cambio. Tienen iniciativa y son comunicadores dentro de sus pequeñas comunidades: familia, trabajo y grupo de amigos, especialmente online, donde mantienen unas relaciones sociales y de intercambio de información muy activas.

¿Cómo movilizar a ‘los sofisticados’?