La revista Time analizaba recientemente la política exterior de Barack Obama en función de la manera de actuar de cuatro de sus antecesores en el cargo: Hamilton, Wilson, Jefferson y Jackson. Cuatro enfoques para la manera que debía tener EEUU de ejercer su poder en el exterior.

La metáfora de Time, que analiza a Hamiltonianos, Wilsonianos, Jeffersonianos y Jacksonianos, sirve a su vez como metáfora de las maneras de ejercer el poder, que ha sido tradicionalmente definido como la capacidad de alguien para hacer a los demás anteponer los intereses de ese alguien a los propios. Las distintas definiciones y sinónimos ponen de manifiesto las caras más oscuras del poder, como la coacción o el dominio, y su estudio ha llevado a la distinción de formas de poder distintas, como el ‘poder blando’, de Joseph Nye.

Los recursos de poder blando de un estado son la cultura (cuando resulta atractiva para los otros), los valores (cuando no hay hipocresía en su aplicación) y la política exterior (cuando se considera legítimo a los ojos de los demás).

El ejercicio del poder, en su faceta menos agresiva, puede ser también la manera de enfocar la comunicación. El afán por influir en las acciones (por ejemplo, en la acción de votar) es la meta legítima de cualquier campaña, y los enfoques, Hamiltoniano, Wilsoniano, Jeffersoniano y Jacksoniano, pueden servir a las empresas y los políticos para analizar sus propias estrategias: se trataría por ejemplo de encontrar el grado de implicación en la comunicación de las propias virtudes, frente a una aproximación más agresiva o de profundizar en los valores propios que uno crea que son admirables, por ejemplo.

El vocabulario de la política exterior puede servir para la comunicación
El vocabulario de la política exterior puede servir para la comunicación

Del artículo de la revista Time:

Puede que Barack Obama revolucione la política internacional, pero si no consigue reconciliar a su Thomas Jefferson interno con su Woodrow Wilson interior, el 44º presidente podría acabar pareciéndose al 39º.

En general, los presidentes de EEUU miran hacia el mundo a través de los ojos de cuatro gigantes: Alexander Hamilton, Woodrow Wilson, Thomas Jefferson y Andrew Jackson.

Los Hamiltonianos comparten con el primer secretario del Tesoro la creencia en que un gobierno nacional fuerte y un ejército sólido pueden y deben promover el desarrollo económico y los intereses empresariales americanos, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Los partidarios de Wilson están de acuerdo con los Hamiltonianos en la necesidad de una política exterior global, pero ven la promoción de la democracia y los derechos humanos como las prioridades de una gran estrategia exterior americana. Los Jeffersionianos no están de acuerdo con este consenso globalista: quieren que los EEUU minimicen sus compromisos y, en la medida de lo posible, desmantelar el estado de seguridad nacional. Los seguidores de Jackson son los espectadores de las noticias de la Fox de hoy en día. Populistas que sospechan de los contactos empresariales de los Hamiltonianos, del buenismo de los Wilsonianos y de la debilidad de los Jeffersonianos.